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Última actualización: 23 de febrero de 2023 por Gianluigi Moscato
¿Qué es la adicción a las nuevas tecnologías?
Brevemente podemos decir que la adicción a las nuevas tecnologías, conocida también como ciberadicción, se refiere a una compulsión a utilizar dispositivos electrónicos o participar en actividades en línea, a pesar de las consecuencias negativas que pueda tener.
Aunque más adelante se explicará con más detallesen que consiste este tipo de adicción y cuáles son sus posibles consecuencias para los jóvenes, en general podemos afirmar que la adicción a la tecnología puede tener un impacto negativo en la salud física y mental, sobre todo sobre la ansiedad y la depresión. Puede afectar negativamente las relaciones personales y, también, se relaciona con un bajo rendimiento escolar.
La dependencia a las nuevas tecnologías hay que saberla detectar y actuar de forma temprana, ya que, en los casos más cronificados, puede ser necesario un tratamiento psicológico para superarla.
¿Qué encontrarás en esta guía?
Principales comportamientos y síntomas para detectarla
Existen algunos comportamientos o síntomas que pueden ser buenos indicadores de una posible adicción a las nuevas tecnologías y pueden incluir:
- Usar dispositivos electrónicos o participar en actividades en línea durante períodos prolongados de tiempo.
- Sentir ansiedad cuando no se tiene acceso a dispositivos electrónicos o Internet.
- Tener dificultad para controlar el tiempo que se dedica a dispositivos electrónicos o actividades en línea.
- Priorizar el uso de dispositivos electrónicos o actividades en línea por encima de otras responsabilidades y actividades.
- Continuar usando dispositivos electrónicos o participando en actividades en línea a pesar de las consecuencias negativas, como problemas de relación o problemas académicos.
Diferencia entre adicción y dependencia a las nuevas tecnologías
Antes de adentrarnos en la adicción a las nuevas tecnologías y en particular al móvil, se considera necesario comentar que la adicción y la dependencia hacía la nueva tecnología no son lo mismo, sino que hay algunos matices que permiten diferenciarlas.
La adicción y la dependencia hacía las nuevas tecnologías son términos que a menudo se usan como sinónimos, pero tienen algunas diferencias clave.
La adicción se refiere a un comportamiento compulsivo (irresistible) dirigido a utilizar dispositivos electrónicos o participar en actividades en línea, a pesar de las consecuencias negativas que pueda tener.
La dependencia de la tecnología, por otro lado, se refiere a la necesidad de estar conectado para sentirse bien o para evitar sentirse mal. En este sentido, las personas que son dependientes de las nuevas tecnologías pueden sentir ciertos niveles de ansiedad cuando están alejadas de sus dispositivos con acceso a Internet.
Si ponemos los dos conceptos sobre la misma báscula, podríamos afirmar que la adicción tiene más peso que la dependencia (es más grave) y puede ser necesario algún tipo de tratamiento psicológico y un reajuste en el contexto de las relaciones familiares y sociales para superarla.
Distintos tipos de adicción a las nuevas tecnologías
Es innegable que las nuevas tecnologías, que ha crecido como la espuma en los últimos 20 años, nos ha aportado innumerables ventajas en distintos ámbitos de nuestra vida cotidiana, cómo poder comunicarnos con más facilidad, acceder a todo tipo de información, simplificar muchas tareas cotidiana, etc.
Sin embargo, esconde numerosos problemas cuando se hace un uso excesivo y sin control. Especialmente cuando se trata de niños y adolescentes que son más vulnerables y propensos a un mal uso de las nuevas tecnologías. Con más razón cuando, este mal uso, empieza a afectar la esfera psicológica y social.
Cuando se habla de ciberadicciones normalmente nos referimos a aquellas nuevas tecnologías que permiten una interacción online u offline. Sin la intención de meterlas todas en el mismo saco, ya que cada una tiene sus peculiaridades, en general podemos afirmar que las más comunes son:
- Adicción a los videojuegos
- Adicción a las redes sociales (Facebook, Instagram, Tik Tok, WhatsApp, etc.)
- Adicción al móvil
Probablemente la adicción al móvil puede conllevar a una adicción a los videojuegos y a las redes sociales, dado que es el dispositivo tecnológico más usado entre los jóvenes a partir de 11-12 años, en cuanto la mayoría de los preadolescentes tienen uno.
El móvil es un dispositivo muy versátil a través del cual podemos interactuar con distintas redes sociales y jugar con varios tipos de juegos online. La adicción al móvil es la que más preocupa a los especialistas en adicciones y es por ello que vamos a profundizar en sus ventajas y desventajas.
Pros y contra de usar el móvil para los jóvenes y adolescentes
Sin la intención de deslegitimar los móviles o remarcar solamente los aspectos negativos, a continuación vemos brevemente sus pros y sus contras.
Ventajas de usar el móvil para los jóvenes y adolescentes
Facilita la comunicación: Los móviles permiten a los jóvenes y adolescentes estar en contacto con sus amigos y familiares de manera rápida y sencilla.
Acceso a información: Los móviles ofrecen acceso a una amplia variedad de información y recursos online. Que si usada debidamente es, sin lugar a duda, un aspecto enriquecedor.
Realización de actividades: Los móviles pueden ser útiles para llevar a cabo aquellas tareas y proyectos encargados por los profesores, ya que permiten acceder a aplicaciones y herramientas digitales muy útiles.
Entretenimiento: ofrecen una amplia variedad de juegos y aplicaciones que les permiten entretenerse y comunicarse con sus amigos durante los juegos cooperativos.
Mejoran la salud: determinadas aplicaciones permiten monitorear la actividad física que realizan los jóvenes, así como pueden acceder a todo tipo de información y vídeos sobre cómo mejorar su propio físico.
Autonomía: los móviles, especialmente para los más jóvenes, les puede proporcionar una mayor autonomía permitiéndoles realizar determinadas actividades por su propia cuenta.
Mejora las habilidades digitales: el uso del móvil les puede ayudar a desarrollar determinadas habilidades digitales y mantenerse actualizados. Todas habilidades que pueden ser útiles en el futuro.
Posibles desventajas de usar el móvil en jóvenes y adolescentes
Distracción: Los móviles pueden distraer a los adolescentes mientras realizan otras actividades, especialmente los estudios. Pudiendo influir negativamente en las notas.
Problemas de salud: El uso excesivo del móvil puede afectar a la salud visual y postural de los jóvenes, pero también de los adultos. En este último caso, la inclinación del cuello durante mucho tiempo para mirar la pantalla puede conllevar el síndrome text neck (conocido también como tech nek). En este caso las personas que mantienen esa mala postura corporal verán afectado a su sistema músculo esquelético, con padecimiento de dolores cervicales y cefalea (Centeno-Leguía y Cubas, 2019), así como tensión a nivel de los hombros y de las dorsales.
En los casos más graves se puede producir un aumento del neurotransmisor inhibitorio GABA (ácido gamma-aminobutírico), de manera similar de lo que ocurre en el caso de dependencias químicas. Ese neurotransmisor es uno de los responsables de la disminución de la ansiedad por la ingesta de alcohol.
El aumento de los niveles de GABA, está relacionado con problemas cognitivos y comportamentales como la apatía o la depresión.
Otro problema para la salud es debido al escaso descanso. Los jóvenes que pasan muchas horas con los móviles duermen menos horas, y cuando se exceden con el móvil antes de acostarse, les puede causar problemas para conciliar el sueño y en algunos casos insomnios por ansiedad.
Acceso a fuentes inapropiadas: la conexión a internet permite acceder a todo tipo de información, no solo información falsa o distorsionada, sino también a otras fuentes inapropiadas para los adolescentes, cómo podrían ser webs de pornografía o de contenido violento.
Acoso: a través de los smartphones los jóvenes pueden practicar el sexting. Se trata del envío de mensaje de texto o imágenes de contenido sexual que pueden tener consecuencias graves cuánto su difusión no es consentida. Pudiendo transformarse en una forma de acoso sexual.
Otro tipo de acoso, mediado por la nueva tecnología, y por el móvil en particular, es el cyberbullying. Que consiste en el envío de mensajes ofensivos y/o imágenes, así como el uso y difusión de estas imágenes y de información falsa o vejatoria.
Ambos tipos de acosos pueden tener consecuencias muy serias sobre la salud mental de los adolescentes.
Adicción: finalmente uno de los principales riesgos que conlleva el mal uso de la nueva tecnología y del móvil en particular, es el desarrollo de una adicción qué afecta a distintos aspectos de la vida social, escolar, familia y psíquica, pudiendo precisar de una terapia psicológica o psicosocial.
Adicción al móvil: nomofobia y FOMO
Según una reciente encuesta del Instituto Nacional de Estadística, a partir de los 13 años el 86,2% de estos preadolescentes dispone de un Smartphone, y ese porcentaje crece a medida que aumenta la edad.
El uso, y abuso, de los dispositivos móviles nos ha llevado a cambiar de manera drástica nuestra manera de interactuar y de acceder a la información. Si por un lado su irrupción en nuestra vida ha traído muchos beneficios, por otro lado, está desencadenando nuevas fobias y problemas mentales, uno de ellos es la no nomofobia (Bragazzi y Del Puente, 2014; González, León, Pérez y Calvete, 2017).
¿Qué es el FoMO?
Antes de explicar qué es la no nomofobia (o adicción al móvil), merece la pena comentar que muchas de las causas que están detrás de esta adicción son de origen psicosocial y una de las causas que más peso tiene se denomina FoMO.
El FoMO es un acrónimo del anglicismo – Fear of Missing Out – es decir el miedo a quedarse excluido de determinadas relaciones, actividades o eventos realizados por sus amigos o redes de contactos. Es decir, que la persona que padece FoMO, desarrolla una cierta ansiedad por el temor de quedarse excluidos o aislados (Abel, Buff & Burr, 2016), y es por ello que usan de manera compulsiva el móvil, para acceder a las distintas redes sociales y “monitorizar” lo que dicen y lo que hacen los demás. Controlando, por ejemplo, las fotos que publican, a que actividades están participando o cómo se están divirtiendo.
¿Qué es la nomofobia?
La adicción al móvil se conoce en ámbito científico cómo nomofobia. Se trata de otro anglicismo que deriva de “No Mobile Phobia”, es decir la fobia por no tener consigo el Smartphone. La nomofobia, tiene sus orígenes en la interdependencia social y genera una fuerte ansiedad cuánto uno no está con el móvil, cuánto se descarga la batería o simplemente cuándo el móvil no tiene cobertura.
Las personas que padecen nomofobia son muy obsesivas con el móvil, no se separan de él, se preocupan de que esté siempre cargado, incluso por la noche, y que tenga cobertura en todo momento.
La adicción al móvil puede llegar a perjudicar las relaciones sociales, especialmente cuánto da origen al Phubbing. Otra palabra anglosajona para decir que la persona adicta al móvil está constantemente mirando las notificaciones de los chats o redes sociales durante una conversación vis a vis, ignorando, de hecho, al interlocutor.
Más allá de afectar a las relaciones sociales, la adicción al móvil puede provocar insomnio, incremento del estrés y ansiedad.
Aunque la relación entre FoMO y nomofobia no es tan lineal, cabe destacar que probablemente cuánto se manifiestan síntomas compatibles con el FoMO, estos podrían ser un primer indicio de nomofobia o de adicción a las nuevas tecnologías.
Numerosas investigaciones científicas han demostrado que la adicción a las nuevas tecnologías y en particular al móvil, más allá de los riesgos sociales y de seguridad (acceso a contenidos inapropiados, sexting, cyberbullying, etc.), físicos (problemas músculo esqueléticos, insomnio, etc.), o de rendimiento en los estudios (fracaso escolar), puede afectar distintas dimensiones psicológicas.
En particular numerosos estudios ponen en relación la adicción al móvil con una excesiva agitación, ansiedad, ansiedad social, trastornos obsesivos-compulsivos y la depresión.
A raíz de estas investigaciones, hemos realizado un estudio con jóvenes de entre 12 y 16 años, los cuales resultados los comentaremos en el siguiente párrafo.
Adicción a las nuevas tecnologías y salud mental: Nuestra investigación
Para determinar la relación o el efecto que puede tener el estrés la depresión, la ansiedad y la autoestima sobre la adicción a las nuevas tecnologías, con un grupo de estudiantes de trabajo social de la Universidad de Málaga, hemos realizado un estudio empírico con 151 adolescentes de un Instituto de Málaga, con una edad comprendida entre 12 y 16 años.
Los primeros datos analizados demuestran que existe una relación muy estrecha entre la adicción a las nuevas tecnologías con el estrés, la ansiedad, la autoestima y el rendimiento académico.
Autoestima y estrés: hemos podido comprobar qué los adolescentes que tienen una baja autoestima y altos niveles de estrés son los que más adicción desarrollan a las nuevas tecnologías. Probablemente, en línea con otras investigaciones, los jóvenes de nuestro estudio utilizan las redes sociales para mejorar sus niveles de autoestima, gracias a las aprobaciones que pueden recibir.
A la vez, el uso masivo de las nuevas tecnologías se puede ver como un “refugio” que tienen los jóvenes para calmar su nivel de estrés. Niveles de estrés que muchas veces están relacionado con la ansiedad de estar conectados (FoMO).
Estrés, FoMO y adicción: en línea con lo afirmado anteriormente, hemos visto que el estrés es el principal factor que predice la adicción a la nuevas tecnologías, conjuntamente con el FoMO.
Es decir, los jóvenes que tienen altos niveles de estrés y a la vez manifiestan ese miedo a quedarse desconectados (FoMO), son los que mayor adicción tienen hacía las nuevas tecnologías. De hecho, según nuestros datos, el estrés y el FoMO, en su conjunto, explican un 47% de la adicción a las nuevas tecnologías.
Adicción, sueño y rendimiento escolar: coherentemente con otros estudios, también en nuestro caso hemos visto que los adolescentes qué tienen una mayor adicción a las nuevas tecnologías duermen bastante menos que los que tienen una adicción baja.
También hemos comparado las notas del último trimestre entre los jóvenes con más y con menos adicción a las nuevas tecnologías. Se ha podido comprobar que aquellos que están más enganchados a las nuevas tecnologías tienen un peor rendimiento escolar.
No obstante se trate de datos parciales, estos están en línea con otras investigaciones internacionales.
¿Cómo desengancharse de las nuevas tecnologías y del móvil?
Desengancharse de aquellos dispositivos conectados a internet y en modo particular al móvil, no es una tarea simple especialmente sí el joven ha desarrollado una fuerte dependencia.
La mejor estrategia es la prevención
Si somos conscientes de los riesgos asociados al mal uso de las nuevas tecnologías, una correcta información, juntamente con otro tipo de entretenimiento alternativo, cómo el deporte u otras actividades lúdicas, podrían ser suficientes para disminuir los riesgos de desarrollar una adicción a las nuevas tecnologías.
Sin embargo, en la mayoría de los casos, nos damos cuenta de que nuestros jóvenes han desarrollado una ciberadicción cuánto esa costumbre está muy consolidada y se empiezan a notar las consecuencias. En estos casos podríamos aplicar las siguientes estrategias para revertir gradualmente el proceso.
Utilización de aplicaciones
Para limitar el número de hora que los menores pasan conectados, y en particular en el caso del móvil, la utilización de determinadas App nos puede ayudar a controlar el tiempo de exposición, bloqueando su uso una vez que haya alcanzado el límite de tiempo prefijado. También la utilización de aplicaciones de control parental, ayudan a reducir el riesgo de conexiones a webs o redes sociales potencialmente peligrosas. Ese tipo de estrategia suele ser efectiva con los más pequeños.
Mejora la relación con ellos
Aunque los padres no pueden ser los amigos de sus hijos adolescentes, por obvias razones evolutivas y psicosociales, que aquí no comentaremos, es aconsejable que los progenitores tengan una relación de confianza, comprensión y afecto con sus hijos.
En estos casos será mucho más fácil que estos confíen en los padres y se abran con ellos para contarles lo que les preocupa, les angustia o lo que le genere ansiedad.
Unas malas notas, algún tipo de humillación en el Instituto u otros tipos de presiones sociales, podrían estar detrás del estrés que padecen y que encuentran la solución más inmediata refugiándose en las nuevas tecnologías. En estos casos, una relación de confianza y de apoyo puede ser el primer paso para darse cuenta del problema y reducir los niveles de ansiedad.
Terapia cognitivo comportamental
Cuánto la adicción a las nuevas tecnologías, y la nomofobia en particular, tiene efectos negativos sobre la salud mental y social de los jóvenes, es aconsejable consultar un/a psicólogo/a especializado/a en adicciones.
El profesional, una vez que haya evaluado la gravedad de la adicción y otros contextos personales, familiares y sociales, podría proponer una terapia de tipo cognitivo comportamental que suelen ser las más eficaces para el tratamiento de las dependencias.
El profesional diseñará un plan terapéutico qué pasa por la motivación y la toma de conciencia del problema, hasta llegar a la rehabilitación final. Permitiendo al menor de desarrollar una actitudes más funcional y conscientes en el uso de la nueva tecnología y a superar los problemas de ansiedad y estrés que muchas veces están asociados a ese tipo de problema.
Referencias bibliográficas
Si deseas saber más sobre las adicciones a las nueves tecnología, a continuación te dejo algunos artículos científicos, en español y en inglés.
Abel, J. P., Buff, C. L., & Burr, S. A. (2016). Social Media and the Fear of Missing Out: Scale Development and Assessment. Journal of Business & Economics Research (JBER), 14(1), 33–44. https://doi.org/10.19030/jber.v14i1.9554
Alonso, M. H., Gonzálvez, J. E., y Muñoz, Ángel B. (2016). Ventajas e inconvenientes del uso de dispositivos electrónicos en el aula: percepción de los estudiantes de grados en comunicación. Revista De Comunicación De La SEECI,(41), 136-154. https://bit.ly/3ivkRer
Bragazzi, N. L. y Del Puente, G. (2014). A proposal for including nomop-hobia in the new DSM-V. Psychology Research and Behavior Management, 7, 155-160. https://doi.org/10.2147/PRBM.S41386
Centeno-Leguía, D. y Cubas, W.S. Síndrome de text-neck: una nueva pandemia en la era smartphone. Revista Médica Herediana, 30(3), 207-208. https://bit.ly/35vFn74
Dewey, T. (2016). Classifying Nomophobia as a Smart-Phone Addiction Disorder. UC Merced Undergraduate Research Journal, 9,(1), 1-22. https://escholarship.org/uc/item/0pq332g4
Díaz Miranda, N., & Extremera Pacheco, N. (2020). Inteligencia emocional, adicción al smartphone y malestar psicológico como predictores de la nomofobia en adolescentes. Know and share psychology, 1(2). https://doi.org/10.25115/kasp.v1i2.3195
González, J., León, A., Pérez, C. y Calvete, E. (2017). Adaptación al español del cuestionario Nomophobia Questionnaire (NMP-Q) en una muestra de adolescentes. Actas Españolas de Psiquiatría, 45(4), 137-44.
Gurbuz, I. B., & Ozkan, G. (2020). What is Your Level of Nomophobia? An Investigation of Prevalence and Level of Nomophobia Among Young People in Turkey. Community mental health journal, 56(5), 814–822. https://doi.org/10.1007/s10597-019-00541-2
Instituto Nacional de Estadística (2018). Encuesta sobre Equipamiento y Uso de Tecnologías de Información y Comunicación en los Hogares. https://www.ine.es/prensa/tich_2018.pdf